Paseo y Comida hacía tiempo que quería visitar El Castell de Guadalest, ya que nos habían dado muy buenas referencias algunos amigos y familiares. Creo que escogimos el mejor día posible: buen tiempo y aunque había mucha gente, no sería comparable a la que habría en el mes de Agosto. Salíamos de Denia a las diez de la mañana dispuestos a pasar un buen día.
Cogimos la AP-7 dirección Alicante hasta el desvío de Callosa d´En Sarriá, y a partir de ahí mas curvas que rectas... pero llegamos bien.
Hemos visto que hay varios blogs en dónde se habla (muy bien documentados) de este pueblo; Así que Paseo y Comida seguirá en su línea de deciros todo lo que vimos y de contaros nuestras impresiones en el recorrido.
Impresiona y es admirable el constatar como un pueblo tan pequeño (no mas de 200 vecinos) ha sabido ser imaginativo y muy ingenioso para sacarle tan buen partido.
El primer sitio en donde se puede dejar el coche... ya es un lugar de explotación: por 2 € te permiten estacionar todo el tiempo que lo necesites.
En la misma plaza del parkin se encuentra la oficina de turismo para orientarte y resolver todas las dudas.
Cruzas la carretera en dirección al castillo (es la zona turística) y te sorprenderá ver que cada puerta es un museo, un bar, restaurante o una tienda. Encontrarás comercios de todo tipo imaginables. Es un pueblo dedicado íntegramente al turismo.
¡Felicidades a Castell de Gadalest! por lo bien que se lo han sabido montar. Pero es que, además, es un pueblo encantador y precioso. Y descubrimos que la piedra es su gran fortaleza.
Visitamos, previo pago in situ, todos los museos que estaban abiertos:
Micro-gigante.- con sus gigantescas esculturas, y en el mismo local vimos, a través de lupas unas construcciones minúsculas, pero con todo su realismo. No te equivoques, este no es el museo del que todo el mundo habla:
Micro-miniaturas
que está subiendo hacia el castillo.
Este sí que impresiona... son verdaderas obras de arte que hay que contemplar con microscopios y lupas muy potentes.
obras realizadasen el ojo de una aguja, o en un grano de arroz, en la punta de un alfiler, sobre un pelo o sobre el ala de insectos... ¡tenéis que verlo!.
Es muy difícil el hacer las fotos a través de las lupas y de los microscopio
Casitas de Muñecas y el Belén Ecológico es otro museo "mágico" en el que no parábamos de decir ¡qué bonito, qué bonito! y que conste que estas exclamaciones se repartían por igual entre hombres y mujeres. Hicimos muchísimas fotos. Queríamos inmortalizar todas las casitas con sus sorprendentes y pequeños detalles. Mirad qué zapatearía...
que está subiendo hacia el castillo.
Este sí que impresiona... son verdaderas obras de arte que hay que contemplar con microscopios y lupas muy potentes.
obras realizadasen el ojo de una aguja, o en un grano de arroz, en la punta de un alfiler, sobre un pelo o sobre el ala de insectos... ¡tenéis que verlo!.
Es muy difícil el hacer las fotos a través de las lupas y de los microscopio
Casitas de Muñecas y el Belén Ecológico es otro museo "mágico" en el que no parábamos de decir ¡qué bonito, qué bonito! y que conste que estas exclamaciones se repartían por igual entre hombres y mujeres. Hicimos muchísimas fotos. Queríamos inmortalizar todas las casitas con sus sorprendentes y pequeños detalles. Mirad qué zapatearía...
En el mismo edificio y con la misma entrada descubres el pueblo de Belén con el "Nacimiento".
Es una delicia ver lo bien construido, reflejando toda clase de situaciones curiosas con el máximo de detalles. Todo ello hecho con elementos naturales: piedras, tejas, madera, agua etc. Puedes pasarte en este museo mucho tiempo... así que no dejes de programarte las horas de estancia en el pueblo. Desde luego, sin prisa.
También el museo Etnológico-Casa típica del S. XVIII es muy interesante y su cometido es el dar a conocer la vida de nuestros antepasados. Unos mas y otros menos... reconocíamos mucha antigüedad. Pero aquí estaba prohibido el utilizar la cámara.
No quiero cansaros con muchos mas detalles. Así que solamente reseñar que al Castillo también subimos, previa visita a la casa de los Orduña, caciques del valle de Guadalest y gobernadores del Castillo. O sea, los dueños de toda la zona, durante mucho tiempo. En la casa se reflejan su vida y costumbres. Hay que destacar en esta casa una biblioteca con libros antiquísimos. Pudimos ver una colección de Historia de España, cuyos primeros volúmenes descifrables databan de 1359 y los últimos de 1835.
Castell de Guadalest tiene unas vistas naturales impresionantes, que le dan al pueblo un valor añadido, o mas bien el valor principal que te hacen el no cansarte de contemplarlo.
Tienen además una presa construida que realza, aún mas lo espectacular del paisaje. Un barco navega haciendo el trayecto a lo largo de la presa. También bajamos para verlo.
Claro, que en todo este tiempo transcurrido, no se nos olvidó el comer... teníamos mesa reservada en uno de sus restaurantes. Pero ese capítulo le toca tratarlo a Fernando así que no os perdáis saber cómo lo disfrutamos.
Pasamos un día realmente bueno, divertido, y con los sentidos repletos de bienestar y de belleza.
La vuelta... Fernando disfrutando del paisaje... y yo sufriendo por las curvas de subida y de bajada ¡se metió por el interior! ¿Habéis cogido esa carretera alguna vez? ¡solamente hay curvas...subiendo y bajando por los puertos! No os lo recomiendo.
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